La diversidad biológica, o biodiversidad, es la diversidad y complejidad de seres vivos que habitan
sobre la Tierra. La biodiversidad nos mantiene vivos; produce el aire que respiramos, el suelo que usamos para cultivar alimentos y el agua que bebemos. La diversidad de seres vivos en el planeta, desde las bacterias microscópicas hasta los árboles majestuosos, es lo que hace posible toda la vida y actividad humana.
La biodiversidad también nos ayuda a abordar la crisis climática; regula el ciclo del agua, evitando devastadoras sequías e inundaciones. Las plantas almacenan dióxido de carbono y otros contaminantes de la atmósfera, reduciendo el efecto de los gases de efecto invernadero y produciendo el oxígeno limpio que necesitamos para respirar.
Pero la naturaleza está en crisis. A nivel mundial, un millón de especies se enfrentan a la extinción (1). Necesitamos que los políticos actúen rápidamente para evitar consecuencias catastróficas e irreversibles.
Sin biodiversidad, nos enfrentamos a incendios incontrolables, inundaciones catastróficas, y nuevas pandemias. La resistencia de la sociedad a los brotes de pandemias como la COVID-19 se ve debilitada por la explotación insostenible de la naturaleza (2), como la deforestación y el comercio ilegal o mal regulado de vida silvestre.
Necesitamos la biodiversidad para un planeta sano, unas personas sanas, y una economía justa y sostenible. Piensa en el motor de un automóvil. Si se cae un tornillo, probablemente no te des cuenta. Pero ¿qué pasa si se caen dos, o tres, o diez? ¿Cuánto tiempo hasta que el coche ya no pueda funcionar?